La isla Puná se originó
por las acumulaciones de materiales recientes sobre un núcleo más antiguo,
formado por rocas volcánicas. Ubicada en la misma embocadura del golfo, entre
la punta del Morro y la costa de la provincia de EL ORO, está separada de tierra
firme por el canal de Jambelí, al sureste, y por el más estrecho canal del
Morro, al noroeste.
La isla Puná
pertenece al cantón Guayaquil como parroquia, según la división política
de la Provincia de Guayaquil. Fue parroquializada del 13 de octubre de
1845, su patrona es la Virgen de las Mercedes.
Importancia
arqueológica
Puná cuenta
con zonas culturales donde es posible encontrar evidencias de asentamientos que
datan de hace 2.000 años.
Por ejemplo, en la población de Campo Alegre se descubrió una piedra de sacrificios humanos que se utilizó durante los años 500 a.C hasta 1530 d.C.
Por ejemplo, en la población de Campo Alegre se descubrió una piedra de sacrificios humanos que se utilizó durante los años 500 a.C hasta 1530 d.C.
Como los Tumbes fueron seminómadas, conocían la influencia lunar sobre las
mareas y de esta manera tenían muy buenas técnicas de pesca. A la par,
desarrollaron la industria textil, metalurgia, la agricultura y la navegación.
Historia de la isla Puná
Historia de la isla Puná
En la isla Puná, existió el Régulo de los Punáes, uno de los
jefes o caciques de la tribu se llamaba Tumbalá o Tomalá, adoraban a los
espíritus y a determinadas aves.
Los Punáes, fueron un pueblo seminómada, conocían la influencia lunar en las mareas y empleaban ese conocimiento para la pesca. La población de la isla es descendiente de piratas europeos y madres indígenas.
Los Punáes, fueron un pueblo seminómada, conocían la influencia lunar en las mareas y empleaban ese conocimiento para la pesca. La población de la isla es descendiente de piratas europeos y madres indígenas.
La isla tuvo 8 cacicazgos destacándose el del Cacique Tumbalá o
Tomalá que se enfrento con el conquistador español Francisco Pizarro. En
tiempos coloniales sufrió el ataque de piratas ingleses, franceses y holandeses
que iban en dirección a Guayaquil considerado "Astillero Real de la
América del Sur".
La isla era el paradero
de galeones españoles para ingresar a Guayaquil o Tumbes. Según la historia en
1531 se desató una lucha encabezada por Francisco Pizarro tras la conquista
española de Perú y Ecuador.
Tras
de dejar Puerto Viejo llegó Pizarro a la isla de Puna, siendo recibido
alborozadamente por decenas de pequeñas embarcaciones repletas de indígenas. Al
poco rato llegó en una embarcación muy engalanada el curaca Tumbalá y
subió a bordo con un grupo de músicos y danzarines.
Pizarro
estuvo varios meses en la isla Puná. Al principio el curaca Tumbalá los recibió
bien, los alojó y les dio abastecimientos. Pero los españoles cometieron
muchos abusos como profanar las tumbas para robar los idolillos de oro, violar
a las mujeres, tratar muy rudamente a los isleños.
El
aprecio inicial de los isleños se transformó en aversión y lo mismo sucedió con
el curaca.
Entonces
principiaron hacer planes para sublevarse.
Desembarco
de los españoles en la isla Puna.
A la llegada de los
españoles, los nativos de la isla, los tumbes o punás, hablaban una lengua
diferenciada de sus vecinos, que está prácticamente indocumentada por lo que se
trata de una lengua no clasificada. La Batalla de Puná, se luchó en la isla en
abril de 1531, fue un enfrentamiento encabezado por Francisco
Pizarro en la conquista española del Perú y Ecuador. Se libró entre los
conquistadores españoles y los pueblos nativos Tumbes que habían logrado
resistir incluso al vasto Imperio Inca. El primer obispo misionero de Cuzco,
Vicente de Valverde, fue condenado a muerte aquí por los indios el 31 de
octubre de 1541.
Resumen
La Isla tiene origen volcánico. Apareció gracias a la acumulación de materiales
sobre un núcleo antiguo.
Antes de la llegada de los españoles, el territorio estuvo habitado por nativos llamados tumbes, también conocidos como Punás. Ellos hablaban una lengua diferente a la de sus vecinos, pero actualmente no está documentada.
Cuando los conquistadores arribaron y trataron de tomar el control de Puná, los locales desataron una gran lucha en 1531. Tanta fue la fuerza de los nativos, que 10 años después condenaron a muerte al primer obispo misionero de Cuzco, Vicente de Valverde.
Antes de la llegada de los españoles, el territorio estuvo habitado por nativos llamados tumbes, también conocidos como Punás. Ellos hablaban una lengua diferente a la de sus vecinos, pero actualmente no está documentada.
Cuando los conquistadores arribaron y trataron de tomar el control de Puná, los locales desataron una gran lucha en 1531. Tanta fue la fuerza de los nativos, que 10 años después condenaron a muerte al primer obispo misionero de Cuzco, Vicente de Valverde.